Fotorrecepción: la vista
Los ojos más desarrollados pueden ser de dos tipos diferentes: con una única lente, como ocurre con los ojos "en cámara" de los moluscos cefalópodos y los vertebrados, u ojos compuestos como los de los artrópodos.
Los ojos compuestos de los artrópodos están formados por muchas unidades visuales independientes denominadas ommatidios. La luz entra por diferentes lentes y es absorbida por los pigmentos fotosensibles de los rabdómeros de las células retinianas. Estas células receptoras se despolarizan y producen potenciales de acción que recorren el axón que sale de cada ommatidio.
Los ojos de algunos anélidos y moluscos, y de todos los vertebrados, son similares a una cámara fotográfica, mejor dicho, las cámaras fotográficas son similares a los ojos de este grupo de animales. Este tipo de ojo está formad por una cámara opaca con un sistema de lenta¿es en su zona frontal, con los que pueden enfocarse las imágenes sobre la superficie fotosensible, la retina, que se encuentra en el fondo del ojo.
El globo ocular consta de tres capas:
- Una capa externa, la esclerótica, que es rígida y proporciona soporte y protección, la córnea es una diferenciación transparente de la parte anterior de la esclerótica.
- Una capa media, o coroides, que contiene los vasos sanguíneos para la alimentación.
- Una capa sensible a la luz, la retina.
Un diafragma circular y pigmentado, el iris, regula el tamaño del orificio de entrada de la luz, la pupila. Justo detrás del iris se encuentra el cristalino, un disco oval transparente y elástico que desvía los rayos lumínicos para enfocar la imagen sobre la retina. Rodeando al cristalino y unidos a el hay unos músculos ciliares.
Entre la córnea y el cristalino se encuentra una cámara llena de humor acuoso y entre el cristalino y la retina se encuentra una cámara llena de humor vítreo, más viscoso que el humor acuoso.
La fóvea es la región de visión más aguda, está situada en el centro de la retina, en la linea recta trazada desde el centro del cristalino y la retina. La fóvea solo tiene conos, lo que representa una adaptación para la vida diurna; la agudeza visual depende del número de conos que posea en la fóvea. En la especie humana la fóvea tiene aproximadamente 150 000 conos por milímetro cuadrado mientras la de las aves acuáticas y de campo tiene más de un millón.
En las zonas periféricas de la retina sólo hay bastones, que son receptores muy sensibles ante condiciones de luz débil. Durante la noche, la fóvea, formada sólo por conos, es prácticamente inútil y nos volvemos funcionalmente ciegos para la visión en color. Bajo estas condiciones de luz el punto de mayor agudeza visual no se encuentra en la fóvea si no en los bordes de la retina.
Química de la visión:
Tanto los bastones como los cono contienen unos pigmentos fotosensibles conocidos como rodopsinas. Cada molécula de rodopsina posee una gran proteína, al opsina, que actúa como enzima y una pequeña molécula carotenoide, el retinal. Cuando la luz incide sobre este fotopigmento es absorbido por la molécula de rodopsina. Esto hace que la opsina inicie su actividad catalítica, iniciando una secuencia de reacciones, estas reacciones amplifican la energía de un fotón hasta que se produce un despolarización y generación de potenciales de acción en una de las células ganglionares.
Los ojos adaptados a la luz tenue tiene mucha rodopsina y son muy sensibles a la luz débil. Un ojo adaptado a la luz intensa necesita media hora para acomodarse a la oscuridad, mientras el nivel de rodopsina va aumentando poco a poco.
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